martes, 23 de marzo de 2010

Justice Metal

Los tenues rayos de Sol del amanecer empezaban a colarse a través de las viejas cortinas de la ventana. Atravesando la habitación, se empezaba a distinguir un pequeño cuarto, con poco mobiliario. Estaba muy desordenada, la ropa colgada del respaldo de una silla de estudio, y cubría casi la totalidad del suelo, y otra silla, ésta de madera, se encontraba tumbada en el suelo. Los rayos de Sol seguían su camino, despejando la oscuridad del cuarto.

Uno de los rayos rebotó en una antigua armadura medieval, cubierta de un oscuro polvo, impasible ante el paso del tiempo, observadora de todo lo que ocurría en ese cuarto desde hacía años. A pesar de la cantidad de polvo que tenía acumulado, eso no evitó que al caer sobre ella la luz solar, reluciese como si fuese de oro.

Otra superficie metálica interceptaba el camino de los rayos de sol. Era estrecho y alargado, pero brillaba mucho más que la vieja armadura, la luz se reflejaba con mayor intensidad, esclareciendo el ambiente lúgubre de la habitación.

No se escuchaba ningún tipo de sonido, un silencio sepulcral, solo roto cada pocos segundos por un sonido similar a un goteo, proveniente del propio cuarto.

- A todo cerdo le llega su San Martín, eso dicen - murmuraba el detective Tyler, entre sudor y sangre.

Mantenía bien sujeta una espada medieval, empujando desde la empuñadura contra la pared, y por su filo resbalaba un hilo de sangre. Entre la espada y la pared, se encontraba un hombre ensartado por el pecho, y en sus pies un charco de su propia sangre, que caía gota a gota desde la espada.

- Ya puedes salir, pequeña - dijo mirando hacia un armario al fondo del cuarto.

Las puertas del armario estaban entreabiertas, y se veían unos pequeños ojos azules, temblorosos, asustados, llenos de lágrimas, de miedo, de dolor, que se mantenía dentro, sin cesar de temblar.
- Sal, te prometo que no volverá a tocarte.

Tyler abrió las puertas del armario, y cogió a la pequeña en brazos, que tenía las ropas rasgadas, y se la llevó de alli. Tras si quedaron un cadaver ensartado, un charco de sangre, y un armario, cuyas puertas estaban forradas de fotos de niñas pequeñas, desnudas, violadas, y asesinadas.

FIN

3 comentarios:

  1. A estos sinvergüenzas se la cortaba yo a cachitos para que se les fueran las ganas de tocar a más niñ@s!! Me has tocado la fibra con este tema... me puede...

    Por desgracia estas cosas siguen pasando y pasarán, por desgracia!!!

    Un besazo.

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  2. durillo, ehhh! no m ecuadra mucho que sea un detective el que haya matao al pederasta-violador-asesino... pero oye, que peores cosas se han visto!!

    me encanto lo del rayo de sol, reflejo en el metal, etc. y no podías haber elegido mehor titulo! jajaja

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  3. Xenia, pòr suerte cada vez hay menos gente asi

    Yopo, solo he contado el resultado, no como ocurrió, jeje, pero bueno, ya ire mejorando poco a poco, por algo se empieza, jeje

    Los titulos son complicados, pero si se eligen bien, queda mucho mejor, alguna vez tenia que acertar, jaja

    Seguire esperando vuestras opiniones en futuros escritos, mientras no vaya a peor, todo ira bien, jeje

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