viernes, 10 de diciembre de 2010

Viagem inesquecível, uma boa companhia, o que mais você poderia querer?

Tal como dije en su momento, este puente lo iba a aprovechar para hacer una pequeña escapada, y tras varios destinos en el aire, los integrantes de esta pequeña excursión nos decidimos por Lisboa, capital de la vecina Portugal.

El destino ayudo bastante en que se pudiera hacer realidad, ya que por ciertos motivos tuvimos que retrasarlo hasta el lunes, y menos mal, ya que si los llegamos a coger antes, esa inesperada huelga de controladores nos habría dejado en tierra, pero finalmente no hubo problema alguno, y después de 5 interminables horas de viaje de bus, cogimos el avión rumbo a tierras portuguesas.

Nada más llegar, tras dejar las maletas en el hotel, ya empezamos a visitar la ciudad, todo el suelo empedrado nos invitaba a dejarnos llevar por Lisboa, a recorrer cada calle, cada rincón, y ver sus monumentos. El primer día fue el más duro, llevaba más de 36 horas despierto hasta que nos volvimos al hotel a la noche, pero aún así se pudo disfrutar. El segundo día empezó con igual que el anterior, madrugando para irnos de visita a esa pequeña maravilla llamada Sintra. Primero nos dirigimos al Palacio de Pena, del cual no pudimos disfrutar de una vista panorámica a causa de la niebla, pero ya en la cercanía lo recorrimos entero, cada cuarto, cada balconcito.

Después nos acercamos al Castelo dos Mouros, que debido a la niebla, daba la imagen de las películas de caballeros, muy espectacular. Tras una larga caminata bajando el precioso parque que rodeaba el palacio y el castelo, llegamos al pueblecito, con las calles también empedradas, hasta que volvimos a Lisboa de nuevo al hotel.

El miércoles visitamos Belem, también precioso, empezando por su torre, vigilando la desembocadura del Tajo. Después visitamos el monasterio de los Jerónimos, una capilla impresionante, en la que coincidimos con una misa, precioso, aunque no entendí demasiado, jeje.
Y como no, probé los pasteles de Belem, simplemente deliciosos, yo diría que tienen un sabor similar a las torrijas, pero bueno, que están muy buenos, es lo importante.

Fueron 3 días muy intensos, sin parar de ir de un lado a otro, esta muy bien comunicado entre tranvía, autobuses y metro, es fácil moverse, y no habríamos visto casi nada si no hubiese sido por Yopo, increíblemente bien informado sobre que visitar, y como ir, sin él no habría sido lo mismo.

Aunque el tiempo no acompañó demasiado, estuvo lloviendo casi constantemente durante los 3 días, al menos la temperatura si nos dio un respiro.
Esperemos que este sea el primero de muchos viajes para conocer mundo, pero poco a poco, jeje. Pero más importante que el sitio que se visita, es con quien se visita, sin los 3 compañeros de viaje esta visita no habría sido lo mismo, muchas gracias a los 3.