domingo, 21 de julio de 2013

Perfect Strangers

Perfectos extraños

Estaba caminando por la calle, sin ningún rumbo en concreto, simplemente disfrutando del buen tiempo que invitaba a salir de casa y embriagarse del ambiente, ya dejando atrás los inconvenientes de la primavera y las alergias. Con la vista recorría los numerosos escaparates de la avenida principal, ya fuesen vestidos, zapatos, libros, incluso pasta de dientes y medicamentos de alguna farmacia. Al volver la vista al frente, a escasos metros me encontré con un amigo que no veía hacía ya tiempo, y a su lado su novia, también amiga mía, más antigua incluso que él.

- Hombre, cuanto tiempo. ¿Qué tal, tío? - me acerqué a saludar extendiendo mi mano.

Él ni siquiera hizo ademán de dar la suya, por lo que rápidamente le dí una palmadita en la espalda, para no quedar como un tonto esperando un apretón de manos que no había intención de dar.

- Bien, aquí de paseo - respondió sin demasiadas ganas.

En medio de la conversación miro a su novia, y en un momento de silencio, la pregunto que tal todo, a lo cual no obtuve respuesta alguna, y continué la conversación con mi amigo, si se puede llamar conversación a soltar un monologo, recibiendo de vez en cuando una escueta respuesta por su parte.

- Bueno, pues os dejo, que ando a ver si hago unas cosillas - me despedí con la primera excusa que se me ocurrió al ver el poco interés por su parte de mantener una charla animada.

En esta ocasión ni me molesté en tenderle la mano, ni me acerqué a ella para darla los típicos besos, me limité a sonreír y alejarme andando. A medida que me alejaba, me resultaba bastante extraño su comportamiento conmigo, puedo comprender que hace tiempo que no les veo, que pudiesen estar ocupados y tuviesen prisa, cualquier excusa sería posible, pero el que me traten como si fuese un extraño, un total desconocido para ellos, pues no lo entiendo, otras personas que hace más tiempo que no las veo, o que son amigos menos íntimos que ellos se muestran más efusivos, más habladores, no se, es otro mundo.

Al poco los perdí de vista, y una sensación de abandono y decepción se apoderó de mí de golpe, no hay peor sensación que unos amigos te traten como si no te conocieran de nada, que por mi parte he intentado mantener contacto con ellas en todo momento, y nunca obtener respuesta, siempre estar demasiado ocupados para tomar un simple café. Tras muchos intentos por mi parte, desistí, y opté por no hacer nada, si tienen interés en saber de mí, que se pongan ellos en contacto conmigo. Y hasta la fecha no supe más de ellos, hasta este momento de cruzármelos por la calle. Es bastante triste pensar que la distancia y el tiempo pueda estropear la amistad, aunque pensándolo bien, solo se estropea si alguna de las partes no está dispuesta en luchar por ella.

Y así fue como mi paseo para disfrutar del día se convirtió en un momento de reflexión sobre algo que no me agradaba en absoluto, comprobar que tras un breve tiempo, sois unos perfectos extraños.




No hay comentarios:

Publicar un comentario