miércoles, 12 de noviembre de 2014

Reflexiones de ducha

No se si a vosotros os pasa, pero es algo que a mi me repiten mil veces, y no puedo evitar que me llame la atención y contarlo aquí, a ver que pensáis vosotros.

En mi casa, imagino que como en todas, tenemos la ducha y un espejo delante del lavabo, que cuando alguien se ducha se empaña, aunque el efecto se reduce si abrimos la ventanita que tiene el cuarto de baño. Es un fenómeno maravilloso y fascinante, pero que tiene unas consecuencias directas sobre la persona que se está duchando en cuestión.

Como todo el mundo sabe, cuando la piel está húmeda, a poco de corriente que haga la sensación térmica disminuye considerablemente, teniendo incluso frío en verano al salir de una piscina, o de la propia ducha. Evidentemente en lugares como Alicante o Canarias, el frío no es tan frío (valga la redundancia) que como en el norte de España, porque aquí en León hace un frío horrible. Sin ir más lejos ahora mismo estoy congelado en casa, y eso que estoy vestido, así que imaginad el frío que debo pasar al salir de la ducha (imaginad la situación, no mi cuerpo sexy, pervertid@s, jaja).

Así que mi reflexión, y pregunta para todos y todas las que tenéis esa manía, ¿Vale la pena evitar que se empañe un poco menos el espejo a riesgo de coger una pulmonía?. Si queréis matarnos, hay mejores formas de hacerlo, pero no nos obliguéis a pasar semejante tormento. Ya en verano no digo nada porque es más o menos llevadero, pero en invierno es insufrible.

Todo esto lo digo un poco a modo de liberación y a ver si vosotros corréis mejor suerte que yo, ya que a mi me tocará seguir sufriéndolo, ya que lo he planteado muchas veces y han pasado de mi como de la mierda, jajaja.

Así que suerte, y a los que no os libréis, pues ánimo.

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