Breaking Bad nos cuenta la historia de Walter White (Bryan Cranston), profesor de Química en un instituto de la ciudad estadounidense de Albuquerque, en Nuevo México, al que le detectan un cáncer de pulmón inoperable. En su 50 cumpleaños es invitado por su cuñado, agente de la brigada antidroga, a una redada, donde acepta ir y ve la cantidad de dinero que mueve, por lo que dada su delicada situación económica para realizar el tratamiento, y poder asegurar una estabilidad económica a su familia cuando él ya no esté, empieza a cocinar metanfetamina de gran calidad dados sus conocimientos de química, y con la ayuda de Jesse Pinkman (Aaron Paul), un antiguo alumno suyo. Para no rebelar su identidad más allá de las personas estrictamente necesarias, se hace llamar Heisenberg, siendo su seña de identidad el color azul de la metanfetamina que cocina. Esta es la base en la que se apoya la trama de Breaking Bad, de la que no desvelaré nada más, ya que merece la pena verla, y no quiero fastidiar a nadie contándola.
La serie consta de 5 temporadas (un total de 62 capítulos), en las que en cada una se sube un peldaño más en trama y tensión, siendo la última el culmen perfecto de una obra bien entramada, y en la que lamentamos que ya se haya terminado. Los protagonistas de la serie son Walter White (Bryan Cranston), Jesse Pinkman (Aaron Paul), Skyler White (Anna Gunn), Walter White Jr (RJ Mitte), Hank Schrader (Dean Norris) y Marie Schrader (Betsy Brandt). A estos personajes se unen otros como Saul Goodman (Bob Odenkirk), Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks) o Gustavo Fring (Giancarlo Espósito), importantes para el desarrollo de la trama. Todos mantienen un nivel muy alto en sus interpretaciones, aunque la labor de Cranston y Paul supera ese listón. Todo esto no es solo mi apreciación, ya que tanto la serie como los actores han sido nominados a incontables premios, ganando gran parte de ellos, destacando 4 premios Primetime Emmy para Cranston como mejor actor, 3 premios para Paul como mejor actor de reparto, 2 premios de mejor actriz de reparto para Anna Gunn, y 2 premios a la mejor serie dramática. A todo esto se le suma que posee un Record Guinness como la serie mejor valorada, con una puntuación de 99 sobre 100 en su última temporada, siendo considerada en muchas publicaciones especializadas como la mejor seria de la historia.
En cuanto a lo personal, en gran parte estoy muy de acuerdo con todo lo dicho, una de las mejores series de la historia. Evidentemente no he visto todas las series que existen, ya sean dramáticas o de otra índole, pero la considero imprescindible para alguien que disfrute de una buena serie con un buen argumento y unos personajes tan peculiares. A todo esto se le suma su tema musical principal, una pequeña joya de poco mas de un minuto que para mi tiene su punto álgido al final del penúltimo capítulo de la serie, en la escena del bar cuando es rodeado y asaltado por la policía. Una de las cosas que menos me gustó fue la primera mitad de la quinta temporada, con una Skyler White muy seca y distante, entendible por la situación y sería lo que el guionista pretendía, pero que realmente se me hacían muy pesadas las escenas en las que salía, tal vez sea cosa mía.
Tal vez lo único que cambiaría un poco es el final, aunque más que cambiarlo, es retocarlo un poco, ya que para cerrar la serie me parece adecuado, por mucha pena que pueda darme que no vaya a haber más capítulos, pero si que añadiría alguna cosa más, que no desvelaré aquí, ya que es más que probable que la escriba en el blog, así que avisados que habrá un poco de spoiler en ese relato, que por supuesto avisaré al empezarlo.
En definitiva, una serie que todo buen seriéfilo debería ver, y ya luego juzgar si es de su gusto o no, pero al menos darla una oportunidad como hice yo, mereció la pena.
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