viernes, 5 de junio de 2015

Graduaciones

Creo que cada año que pasa la educación en España está cayendo, no un descenso progresivo, es más bien una caída desde una montaña sin cuerda ni paracaídas. Esta pequeña epifanía viene dada por todos los cambios que se han ido produciendo estos últimos años: un descenso en la materia y la exigencia en los institutos, una dejadez total por gran parte del profesorado en cualquier centro escolar, ya sea colegio, instituto o Universidad, o la inclusión de planes de estudio absurdos. Como ejemplo de esto último pongo el odiado plan Bolonia que tan famoso fue en su momento, cuyas principales características más reconocidas son la obligatoriedad de asistir a las clases, y que con la realización de trabajos durante el año se te dan unos puntos que sirven para la nota final, haciendo que incluso suspendiendo los exámenes puedas aprobar, o eso al menos es lo que he oído y me han contado. A todo esto le sumamos que la materia en algunos casos es bastante más asequible que con planes anteriores, y que parece ser que las clases no son obligatorias, hacemos que el sistema ahora se hace para aprobar y quitárselos de encima, no para que salgan preparados.

Tal vez este punto lo analizaré otro día, pero en esta ocasión quería centrarme en los eventos de final de curso, en este caso en las graduaciones, y no precisamente en las universitarias, ya que son las únicas que tienen un verdadero sentido. Mi crítica de hoy va dirigida a esas graduaciones de instituto, me imagino que siempre organizadas por los alumnos por petición de los propios alumnos, cosa que se ha debido realizar en los últimos años, ya que yo no recuerdo en mi época de instituto que se celebrase tal evento. Se supone que este acto es para conmemorar la "graduación" de los alumnos por terminar los estudios, al menos siempre he pensado yo, pero resulta que es una simple excusa para luego salir y emborracharse, porque en la mayoría de estos eventos me descojono yo de ese objetivo, ya que no creo que ni la mitad, viendo el nivel del estudiante medio, hayan terminado el curso en el momento de la graduación. Resulta gracioso, y un tanto ridículo, este tipo de eventos cuando cualquier parecido con lo que de verdad ocurre es pura coincidencia. Como ejemplo el universitario es totalmente oficial, organizado por la propia facultad, y los asistentes son invitados por la Universidad, lo que eso implica el pleno conocimiento de que sí has terminado la carrera y realmente es una celebración de eso, no simplemente un quedabien con la familia que sirve para aparentar.

Así que para mantener un poco la finalidad del evento, sería de agradecer que no se realice en institutos, a menos que sea un acto oficial del propio centro para despedir a los alumnos que verdaderamente han seguido adelante con los estudios, porque para reunirse los compañeros y emborracharse ya están las cenas de clase; y a los propios alumnos, dejaos de gilipolleces y estudiar.

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